El desarrollo cerebral e intelectual de los niños depende en
gran medida de los estímulos que reciba. Atendiendo no a la cantidad sino a la
calidad de los mismos, vamos a prestarle especial atención al arrastre y al
gateo.
Es el momento en que empiezan a descubrir el mundo por sí
mismos. Sin embargo hay muchos niños que empiezan a caminar sin pasar por esta
etapa. Esto se explica por dos motivos:
1.- Los deseos de los adultos para que el bebé comience a
andar lo más pronto posible en esa carrera loca por obtener resultados que no
corresponden a su edad cronológica.
2.- Los lugares que se habitan son cada vez más pequeños, los
padres que trabajan ambos con horarios complicados y los niños están mucho
tiempo o sentados en sus sillitas o en los corralitos sin espacio ni opción a
gatear y desplazarse por la casa.
Todos los estudios coinciden
en que saltear el arrastre y posterior gateo repercute negativamente en
el desarrollo del bebé.
El gateo favorece la visión, el tacto, el habla, el
equilibrio, la manualidad, la orientación y la propia percepción de sí mismo.
Sofía cumpliendo prolijamente con todos los pasos según van
avanzando los meses, ya entrando en el noveno empezó a dar las primeras señales
de arrastre y ya es una experta “gateadora”.
Paso a relatarles mi experiencia en este tema, porque es
necesario ayudarlos y guiarlos.
- Como estamos
en verano la vestimenta es cómoda, sólo el pañal y una remerita fresca. Si
fuera invierno entiendo que habría que proporcionarle en un ambiente
cálido una ropita liviana.
- Su lugar de
acción es el piso. Así que lo primero hay que hacer es higienizarlo y
hacer un recorrido, apartando muebles y sillas.
- Fundamental
estar a su altura, es decir hay que tirarse al piso, hay que lograr que
sus movimientos, al principio reflejos, los vaya coordinando hasta
conseguir desplazarse. Si fuera necesario hay que gatear uno para lograr
que nos imite.
- Al principio quizás
lo haga en forma desprolija. En mi caso cuando Sofía intentaba arrastrarse
movía el brazo y la pierna del mismo lado, lo que le impedía avanzar. Para
ayudarla le hice una especie de pista con distintos objetos para obligarla
a moverse en una sola dirección y en línea recta. Le apoyaba mis manos en
las plantas de sus pies para que la usara como punto de apoyo y le ponía
los juguetes más atractivos frente a ella a cierta distancia pero siempre
a su alcance para que no se distrajera.
- Todo
aprendizaje es un juego así que hay que hacerlo con frecuencia pero en períodos
cortos y es fundamental darle palabras de ánimo, hurras, caricias,
aplausos para premiar el gigantesco esfuerzo que realiza nuestro “heroico”
bebé.
- No dejarlo
solo en ningún momento y siempre que no sea peligroso permitirle que gatee
por donde quiera. No someterlo a repetidos “no” retirar de su paso lo prohibido y permitirle explorar ya
que ése es un elemento fundamental para su crecimiento y desarrollo
intelectual.
La importancia de esta etapa es fundamental, ya que si se
desarrolla correctamente se favorecen las conexiones entre los dos hemisferios
cerebrales y de estas conexiones dependen las funciones de aprendizaje y de
movimiento más avanzadas. Les detallo alguna de ellas:
- Al mirar al
suelo para colocar la mano y la rodilla sincronizadamente el bebé enfoca
los dos ojos en un mismo punto a corta distancia y cuando mira hacia dónde
va, coloca sus ojos en un punto
infinito. Este es un fantástico ejercicio muscular que facilita la
acomodación visual. Es tal su importancia que según estudios el 98% de los
niños con estrabismo no gatearon lo suficiente de bebés.
- En el gateo la
cabeza está en un plano y la palma de la mano en otro. El bebé siente el
tacto de la palma que está viendo. Su cerebro aprende así que el dedo
gordo de la mano se opone a los otros cuatro. Esto le permite desarrollar correctamente
la función de agarrar los objetos y esa manualidad fina es fundamental
para luego poder escribir.
- Aprende a
medir el mundo que lo rodea. La distancia que hay entre los ojos y la
palma de la mano al gatear es una medida fundamental. Ese será su patrón
de medida corporal para medir todo lo que haya a su alrededor y adaptarse así con más eficiencia al
medio. Es una forma de ir recabando información espacial en forma
ordenada.
A pesar de todo lo que les conté es fundamental no forzar al bebé.
Sólo en su momento de maduración mostrará la necesidad de arrastrarse primero y
gatear después. Este proceso puede empezar a los 7 meses. Sofía lo manifestó a
los 9 y no por eso está “retrasada” ni nada que se le parezca.
Insisto todo tiene que pasar por el juego, ese tiene que ser
el planteo para cualquiera de las etapas. No una obligación o meta a lograr.
Cuanto más se divierta, cuanto más goce, más ganas tendrá de realizarlo.