Mamá y Papá educan...los abuelos malcriamos

Juego de  roles

Para ser más precisa tendría que haber puesto un signo de interrogación después de malcriamos.  Cualquier madre o padre estará conmigo que esto de  educar y guiar a sus hijos no es una tarea sencilla. Todos los días  esos “locos bajitos” los enfrentan a nuevos desafíos, situaciones que les hacen perder la paciencia  y los ponen en el papel de malos de la película poniendo límites o sólo enseñando formas y conductas.
En cambio yo como abuela, que ya fui mamá, tengo el  inmenso  placer de haber dado vuelta esa página: la de la educación. Sólo acompaño las directivas de los papás y disfruto el día a día de esta Sofía increíble  llena de sorpresas y profundas alegrías que me hace  la  vida diferente.

Me pone mal cuando veo desazón en los ojos de los papás tratando de encauzar, poner límites y en definitiva dar las normas de hábitos y costumbres que acompañarán a sus hijos toda la vida. Yo observo y aprendo cómo quieren hacer ellos y mantengo sus directivas…pero lo bueno de este rol es que puedo descontracturar los momentos y darle el mimo o la sonrisa que no desautoriza a los padres pero pone paños fríos en el conflicto.

En esta larga vida recorrida tengo las marcas indelebles de la educación que me impartió mi madre (fundamentalmente) y los maravillosos momentos de amor y “malacrianza” de mi abuela que duraron para mi gusto muy poco. Y la realidad es que sin poner dramatismo en el tema los abuelos normalmente nos vamos rápido (salvo yo, que pienso vivir hasta los 120), pero todo lo que le dé con cariño a mi dulce  Sofía será una forma maravillosa de quedar para siempre dentro de ella.

Lo fantástico de  hacer el combo padres-abuelos en este primer camino es justamente la frase con la que titulé esta reflexión ….los papás educan, los abuelos malcriamos, pero con amor y respeto.
Amor por ambos:  nuestros hijos y nietos.Respeto: por la educación que ellos imparten y no confundir a nuestros nietos con dobles mensajes. 
Debe haber tantas formas de crianza como madres y padres hay en el mundo, lo bueno de llegar a buen puerto será siempre que la ejerzan escuchando a su corazón. Y esto es lo que los abuelos no debemos olvidar, nuestros hijos lo están haciendo como sienten que es correcto y si no lo hacen como nosotros lo haríamos no está mal, sólo es diferente.
Los únicos beneficiados en la tolerancia que ambas partes pongamos en este juego de roles son nuestros adorados nietos.