Juego de roles

En cambio yo como abuela, que ya fui mamá,
tengo el inmenso placer de haber dado vuelta esa página: la de
la educación. Sólo acompaño las directivas de los papás y disfruto el día a día
de esta Sofía increíble llena de sorpresas
y profundas alegrías que me hace la vida diferente.
Me pone mal cuando veo desazón en los ojos de
los papás tratando de encauzar, poner límites y en definitiva dar las normas de
hábitos y costumbres que acompañarán a sus hijos toda la vida. Yo observo y
aprendo cómo quieren hacer ellos y mantengo sus directivas…pero lo bueno de
este rol es que puedo descontracturar los momentos y darle el mimo o la sonrisa
que no desautoriza a los padres pero pone paños fríos en el conflicto.

Lo fantástico de hacer el combo padres-abuelos en este primer
camino es justamente la frase con la que titulé esta reflexión ….los papás
educan, los abuelos malcriamos, pero con amor y respeto.
Amor por ambos: nuestros hijos y nietos.Respeto: por la educación que ellos imparten y no confundir a nuestros nietos con dobles mensajes.
Debe haber tantas formas de crianza como madres
y padres hay en el mundo, lo bueno de llegar a buen puerto será siempre que la
ejerzan escuchando a su corazón. Y esto es lo que los abuelos no debemos
olvidar, nuestros hijos lo están haciendo como sienten que es correcto y si no
lo hacen como nosotros lo haríamos no está mal, sólo es diferente.
Los únicos beneficiados en la tolerancia que
ambas partes pongamos en este juego de roles son nuestros adorados nietos.