Me explicaba mi dentista que son 32 los dientes que una persona adulta normal tiene que
conservar con mucho cuidado y dedicación.
Un niño normalmente presenta 10 dientes superiores y 10
inferiores, un total de 20 y alrededor de los 7 años comienza lo que se llama
dentición mixta, compartiendo dientes de leche con los permanentes, que vendría
a ser la etapa en que vienen “los ratones” y dejan regalitos debajo la
almohada.
A la los bebés les empiezan a salir entre los 4 y 7
meses, hablando de una dentición normal. Salen primero los dos de adelante en
la mandíbula inferior, luego los dos de arriba y después a los lados y atrás.
Los segundos molares que se encuentran al fondo de la boca, arriba y abajo, aparecen cerca de los dos años, se supone que
para cuando cumpla 3 ya tiene que tener el juego completo de 20 dientes de
leche.
Mi gran descubrimiento en esta etapa de Sofía que pronto
cumplirá 22 meses es que va realizando el proceso de dentición sin prisa y sin
pausa y que ya pronto me alcanza. Mientras a ella
le salen, a mi me los sacan. Pero son momentos que pasamos todos los adultos,
algunos antes y otros después.
Claro que si empezamos cuidando la dentadura del bebé
desde el mismo comienzo habremos hecho el gran logro de CREARLE EL HABITO. Y finalmente es el factor principal que lo
acompañará toda la vida.
Los niños a esta edad disfrutan copiando a los adultos. Y
allí tenemos una oportunidad para que nos imiten, ellos tendrán su cepillo y
después de cada comida cumpliremos con la ceremonia de cepillarnos los dientes.
Todos los días agregan un nuevo alimento (incluyendo algún dulce) así que un
cepillado regular es fundamental.
Diferentes
técnicas o trucos:
- Sentarse
en el baño a la altura del bebé, para que pueda ver lo que estamos
haciendo y usar un vaso para enjuague con dibujitos sólo para él. La parte
favorita de esta operación va a ser
escupir, por lo menos Sofía disfruta con ello.
- Dejarlo
subirse a un banquito o silla (estando uno detrás del bebé por seguridad)
de tal forma que pueda verse en el espejo del baño. Nombrar cada diente
para habituarlo a que ningún diente puede dejar de ser cepillado.
- Una
vez que el niño juegue con el cepillo dentro de su boca, uno puede seguir
jugando permitiéndole que nos limpie los dientes con nuestro cepillo
mientras nosotros hacemos lo mismo y con más minuciosidad en la boca de
él. Obviamente PROHIBIDO
compartir cepillos, ya que las bacterias que producen caries se las puedes
transmitir inevitablemente.
Volviendo para atrás, en estas reflexiones, es importante
saber que durante la etapa de la dentición se pueden producir diversos
síntomas. Los más habituales son: irritabilidad, diarrea y fiebre. Aunque
charlando con abuelos de niños de la misma edad comentan otros como:
- Babeo
de saliva que algunas veces hasta produce irritación en las mejillas
- Inflamación
acompañada de dolor en las encías.
- Incomodidad
que se traduce en berrinches sin ningún motivo.
- Ganas
de morderlo todo.
- Inapetencia
o comer menos de lo habitual.
- Problemas
para dormir o despertarse por el dolor.
- Irritación
en la cola porque el exceso de saliva termina en los intestinos y se
ablanda la caca.
De cualquier manera yo digo que, más allá que estos
síntomas son comunes en esta etapa, consultar con el pediatra es fundamental.
Para terminar algunas ideas de acuerdo a mi experiencia
para hacer sentir al bebé más cómodo:
- Darle algo para masticar, yo tengo en el freezer un aro especial de plástico tipo juguete pero también puede ser una zanahoria de la heladera.
- Comer alimentos fríos como compota de manzana o helado de agua.
- Darle masajitos en las encías, con las manos bien lavadas con un dedo frotarle las encías en forma suave pero firme. Cuando uno presiona aporta un equilibrio a las ganas de los dientitos que empujan para salir.
- El pediatra de Sofía le recetó unos globulitos mágicos que se preparan en las farmacias homeopáticas que se llama “chamomilla” y hasta ahora ha sido super efectivo como sedante y calmante.
- Nunca darle aspirina ni frotarle ese medicamento en las encías ya que puede generar una enfermedad muy poco frecuente pero fatal que se llama “síndrome de Reve”.
- Siempre consultar con el médico para cualquier solución recetada por una abuela, vecina o mamá con muchos hijos. Por ejemplo los analgésicos tópicos que vienen en gel y o en crema si se aplica sin el debido cuidado y consentimiento médico puede llegar a dormir la garganta y debilitar el reflejo de vómito que previene el ahogo con el exceso de saliva.
Conclusión: para llegar con todos los dientes sanos ahorrando dolores y dinero, empecemos desde la más tierna infancia a crearle buenos hábitos que los acompañarán toda la vida, es otra forma de darles amor.
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